jueves, 29 de enero de 2009

30 de enero: Día Escolar de la Paz y la No Violencia

Cada año se celebra en los colegios este día en el que todos los niños y niñas nos recuerdan con sus actividades que es posible un mundo mejor, sin odios, sin intolerancia; que es posible una sociedad más justa y en paz.

No sé si el profesor español Llorenç Vidal imaginaba, allá por 1964, la repercusión de su iniciativa, ya que fue el primero que tuvo la idea de celebrar el Día Escolar de la Paz y la No Violencia, coincidiendo con el aniversario de la muerte de Ghandi en 1948. Lo cierto es que este día es una fiesta en todos los colegios, y cada uno lo celebra con multitud de símbolos y la participación de alumnos, profesores y padres. Es un día que invita a la reflexión sobre el devenir de esta sociedad en que estamos viviendo, y sirve para que los niños no pierdan de vista ni olviden los valores solidarios que se necesitan para construir un futuro mejor, para que sueñen con un mundo en el que todos podamos ser más felices.

La música de John Lennon nos sugiere que ese sueño es posible, si lo peleamos con todas nuestras ganas. Os invitamos a escucharla.

lunes, 26 de enero de 2009

1984

No hace falta recordar aquí que tal año como el del título abrió sus puertas por primera vez el colegio Margarita Xirgu en Móstoles, pero como el blog va de eso, pues lo reiteramos. Ahora que se van a cumplir 25 años de aquella fecha, resulta tentador situar este acontecimiento en el contexto “histórico” (su Sitz im Leben, dirían los alemanes), y ver qué otros hechos ocurrían por aquel entonces. Recuerdos para unos, curiosidades para los más jóvenes, la historia es lo que tiene: siempre está ahí para aportar el dato que nos sorprende o nos interroga.

El mundo andaba metido en conflictos, como siempre (Irak contra Irán, Israel contra Líbano, despliegue de misiles en Alemania Oriental, derrocamiento de gobiernos en África…) y la guerra fría todavía no había terminado.

El desarrollo científico nos hacía viajar por el espacio a bordo del Challenger, y Apple hacía accesible la informática.

Aquí en casa había manifestaciones por la reconversión industrial, ETA asesinaba a Enrique Casas y el paro ascendía al 17%. ¿Les suena? El país acababa de consolidar la democracia, como quien dice, tras el susto del 23-F, y firmábamos acuerdos pesqueros con la Comunidad Europea y antiterroristas con Francia. Nacía nuestra primera niña probeta y se realizaba el primer trasplante de hígado. Ya empezábamos a ser alguien.

En aquel año nacía una generación que tendrá mucho que aportar. Algunos, los que se han decantado por el deporte, ya apuntan maneras (Torres, Iniesta, Kameni, Robben, Schnejder, Robinho…). Desgraciadamente, ese año también nos dejaba una generación de genios (Jorge Guillén, Julio Cortázar, Mihail Solojov, Fernando Zóbel, Claudio Sánchez Albornoz, José Mauro de Vasconcelos, Truman Capote, Antonio Tovar y Vicente Aleixandre, entre otros) irrepetibles.

Desde entonces hasta ahora, todo han sido avances: muchos hacia delante y algunos hacia atrás (cada uno lo mire como quiera). En general, el balance es positivo y seguimos en la brecha.

No queremos finalizar este repaso mínimo sin referirnos por alusiones, por decirlo de alguna manera, a uno de los libros más famosos del siglo XX: 1984, de George Orwell. Afortunadamente para nosotros, el universo anti-utópico aventurado en el libro poco tiene que ver con el mundo actual. No tenemos a ese Gran Hermano vigilando perpetuamente, ni policía del pensamiento, ni… ¿O sí?

Os dejamos una canción de aquel año, “Forever young”, de Alphaville, que algo tiene que ver con ilusiones y proyectos.

martes, 20 de enero de 2009

La escuela ¿un hogar apócrifo?

La familia educa, la escuela instruye. No es lo mismo. Son acciones complementarias y, si bien no debe haber educación sin instrucción, es de todo punto imposible a la inversa.

Cuando éramos niños los valores se transmitían en casa. No hacían falta grandes charlas ni planificación de actividades, la educación emanaba de la familia y era una seña de identidad.

No vamos a ponernos pesados, pero hoy la escuela tiene que hacer funciones que exceden con mucho las de instruir en conocimientos que, no lo olvidemos, es su razón de ser. Si tenemos que paliar las carencias que se evidencian en la transmisión de principios y valores, estamos sustituyendo el papel fundamentalmente social de la familia, nos estamos inmiscuyendo en su cometido.

Bien es cierto que se puede pensar que, en los tiempos que corren, es casi mejor que sea la escuela la que se encargue de mantener la coherencia en las normas y defender los principios que consideramos unánimemente justos y necesarios. Pero que la carga recaiga exclusivamente en la escuela parece excesivo y desaconsejable.

No sé si José Saramago tendrá razón cuando dice que "la familia dimitió de su obligación (de educar) transfiriéndola a quienes sólo pueden instruir", pero creo que está bastante encaminado. Añade que la "auténtica educación no es la educación de saber. No se trata de eso" sino de "educación en el sentido del respeto por el otro, de la conciencia de nuestro lugar en la sociedad, de qué es lo que la sociedad tiene derecho de pedirnos, qué es lo que nosotros tenemos la obligación de aportar". En ese papel, la labor de casa es impagable e insustituible. Y si los maestros tienen que dedicar la mayor parte de sus esfuerzos a proporcionar normas socialmente aceptables a alumnos ayunos de ellas, no nos rasguemos las vestiduras cuando veamos nuestro puesto en los informes internacionales sobre evaluación de estudiantes (véase el informe PISA).

viernes, 16 de enero de 2009

Juegos de niños

¿A qué juegan los niños en el colegio? Los patios de recreo son uno de los espacios privilegiados para socializarse durante la edad infantil.


Todos recordamos nuestra infancia y el sonido exacto de la sirena (o campana -literalmente) que decretaba de forma imperativa una amnistía parcial en asuntos tan graves como el de rendir cuentas del trabajo realizado o por realizar en la clase. O tempora, o mores!, que decía Cicerón y nosotros repetimos cuando nos puede la nostalgia.


Los juegos de siempre nos sacaban de la rutina y, a falta de artilugios tecnológicamente avanzados, nos transportaban a otros universos: los mundos niños donde todo era posible con un poco de imaginación y algo de habilidad. Además, siempre había algún balón (de goma) para creerse Gento, Cruyff o Arconada.


Los nuevos tiempos traen nuevas prácticas, también en el ocio de los más pequeños. Proliferan las "maquinitas", los ingenios informáticos y utensilios de todo tipo que inducen al aislamiento, al ostracismo virtual. Aunque suene a tópico, algunos niños no saben jugar.

Afortunadamente, la escuela apuesta más que nunca por devolver a los alumnos lugares de la infancia que no deben perderse. Entre sus labores no es la más pequeña la de enseñar a los niños a jugar a ser niños y a divertirse en compañía, a establecer las reglas y a resolver conflictos sin la ayuda de los mayores. Se organizan frecuentemente jornadas y maratones de juegos tradicionales y se aportan los materiales necesarios para ello. Y les gusta.


Hoy, en el patio del Margarita, como en el de muchos centros, los niños siguen siendo niños y los patios lugares de encuentros y desencuentros. Sigue circulando el balón, ahora también de baloncesto, que para eso somos campeones del mundo; pero lo que más me gusta es que los niños siguen manteniendo esa capacidad para sorprenderse y sorprendernos que les da una creatividad sin censuras... si se lo proponemos.

lunes, 12 de enero de 2009

Las niñas se aplican más




Esto, que ya nos veníamos oliendo desde hace mucho tiempo, que era mucho más que una intuición, es ahora la conclusión inequívoca de un estudio que ha realizado la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. Según la noticia aparecida el 12 de enero de 2009 en el Heraldo de Aragón y que recoge Antena 3 en el informativo del mediodía, las chicas no sólo son más industriosas que los chicos y rinden más, sino que además manejan mejor el lenguaje verbal y obtienen globalmente mejores resultados. Según el mismo estudio, las tasas de fracaso escolar son mucho más altas en los chicos que en las chicas.


En la escuela hace tiempo que se observa que, en términos porcentuales, las niñas son más aplicadas y alcanzan mejor los objetivos, obtienen calificaciones más altas, y su actitud ante el mundo escolar es más participativa y positiva. También sabemos que los niños son más "brutotes" -dicho desde el cariño, que nadie se ofenda-, es decir, más impulsivos en sus reacciones, más viscerales, y tienen menor tolerancia a las frustraciones.


Por tanto, creo que no nos sorprenderá a nadie que los especialistas concluyan que la inteligencia emocional que se asocia a cada sexo sea muy distinta y que marque, al fin y a la postre, las diferencias.


Como consuelo, para los chicos, queda decir que siempre hay excepciones a la regla (numerosas) y que en gran medida y en multitud de ocasiones las características genéticas pueden ser suplidas por eso que se llama "amor propio". Pero ojo y a ponerse las pilas, que el siglo XXI es de las féminas. El día que aprendan también a interpretar planos y mapas...


Para ver el video de Antena 3, utiliza el enlace

mms://a953.v59721.c5972.g.vm.akamaistream.net/7/953/5974/3c99fd9f/wms.antena3tv.com:81/antena3noticias/mujereslistas.wmv

viernes, 9 de enero de 2009

Dos años en el Margarita, pero toda una vida en el corazón

Son tantas cosas buenas las que tengo que decir, que no se por donde empezar. Lo primero felicitar este 2009 a todos los que forman y han formado parte del Margarita Xirgu.

He estado allí dos años,y todavía me acuerdo de los nervios que tenía el primer día, cole nuevo y empezar desde cero.Pero esos nervios que parecían no querer irse, se marcharon rapidamente en cuanto llegué: los compañeros me hicieron sentir una más. Entre villancicos, exámenes,disfraces, momentos inolvidables y alguna comilona que otra, se me pasó el curso volando. El calor apretaba y los nervios volvieron a aflorar, pero esta vez se combinaban con las oposiciones y la incertidumbre que rodeaba el final de curso.

Aprobé, ¿y sabeís que?,regresé al Margarita, dispuesta a seguir acumulando risas, buenos momentos, amistades entrañables... y lo conseguí!!! Sin embargo,este es el primer año que no estoy allí, y lo echo mucho de menos! Han sido dos años en el Margarita, pero toda una vida en el corazón.