Esto, que ya nos veníamos oliendo desde hace mucho tiempo, que era mucho más que una intuición, es ahora la conclusión inequívoca de un estudio que ha realizado la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía. Según la noticia aparecida el 12 de enero de 2009 en el Heraldo de Aragón y que recoge Antena 3 en el informativo del mediodía, las chicas no sólo son más industriosas que los chicos y rinden más, sino que además manejan mejor el lenguaje verbal y obtienen globalmente mejores resultados. Según el mismo estudio, las tasas de fracaso escolar son mucho más altas en los chicos que en las chicas.
En la escuela hace tiempo que se observa que, en términos porcentuales, las niñas son más aplicadas y alcanzan mejor los objetivos, obtienen calificaciones más altas, y su actitud ante el mundo escolar es más participativa y positiva. También sabemos que los niños son más "brutotes" -dicho desde el cariño, que nadie se ofenda-, es decir, más impulsivos en sus reacciones, más viscerales, y tienen menor tolerancia a las frustraciones.
Por tanto, creo que no nos sorprenderá a nadie que los especialistas concluyan que la inteligencia emocional que se asocia a cada sexo sea muy distinta y que marque, al fin y a la postre, las diferencias.
Como consuelo, para los chicos, queda decir que siempre hay excepciones a la regla (numerosas) y que en gran medida y en multitud de ocasiones las características genéticas pueden ser suplidas por eso que se llama "amor propio". Pero ojo y a ponerse las pilas, que el siglo XXI es de las féminas. El día que aprendan también a interpretar planos y mapas...
Para ver el video de Antena 3, utiliza el enlace
2 comentarios:
Que las chicas son más aplicadas y constantes (en general) lo veo día a día.
No se si eso tiene alguna relación con la biología, pero seguro que mucho con la educación. Desde bien pequeñas, nuestras madres, por ser chicas, nos han hecho responsables de cosas relacionadas con la vida familiar (tener la mesa preparada para...,hacer las camas antes de ..., cuidar de la comida para cuando venga...) y eso generación tras generación ha tenido que dejar su huella. Tendría gracia que por la "desigualdad" educacional tengamos ahora ventajas. (Aún oigo a mi madre decir: "la obligación antes de la devoción")
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